Tras una oleada de compromisos centrados en poner fin a la financiación pública internacional del carbón, este es el primer compromiso que aborda también el petróleo y el gas.
La decisión se tomó el pasado jueves 4 de noviembre, cuando un grupo de países e instituciones se comprometió a poner fin a esta financiación para finales de 2022 en la conferencia climática de Naciones Unidas, la COP26. Ayer, Alemania y El Salvador se sumaron a la iniciativa; y hoy España ha confirmado que también se une.
Con ello, el número de firmantes asciende a 30 y la media anual de la financiación pública potencial transferida de los combustibles fósiles a la energía limpia se eleva a, al menos 23.600 millones de dólares al año. Esto equivale al 37% de la financiación pública anual destinada a los combustibles fósiles proporcionada por los países del G20 y los Bancos Multilaterales de Desarrollo (BMD) entre 2018 y 2020.
Alcance del acuerdo
El anuncio de hoy significa que las instituciones financieras públicas españolas, incluida la Agencia de Crédito a la Exportación (CESCE), responsables de 1.900 millones de dólares anuales de financiación pública para los combustibles fósiles, tendrán que poner fin a esta financiación, incluso para los proyectos de gas, a finales de 2022.
Laurie van der Burg, codirectora de la Campaña Global de Financiación Pública de Oil Change International, ha celebrado la adhesión de España con estas palabras: "Es estupendo saber que España se ha unido hoy al compromiso de poner fin a la financiación pública internacional del petróleo, el gas y el carbón. Esto significa que España tendrá que dejar de financiar también proyectos de gas. La ciencia es clara en cuanto a que, sin depender del despliegue a gran escala de tecnologías de eliminación de carbono no probadas y costosas, la expansión de la infraestructura de gas es incompatible con la limitación del calentamiento global a 1,5°C".
Francia es ahora la última de las cinco mayores economías de la Unión Europea que aún no ha firmado la declaración. Si Francia se adhiere, el importe potencial de la financiación pública anual directamente transferida aumentaría a 24.000 millones de dólares.
Anna-Lena Rebaud, responsable de la campaña sobre el clima y la transición justa de Amigos de la Tierra Francia, reprocha al gobierno francés esta actitud y le recuerda que "la semana pasada, en la COP, Emmanuel Macron volvió a dar lecciones a otros países y presentó a Francia como un líder climático. Sin embargo, este gobierno planea apoyar la producción de gas hasta 2035, ¡y todavía está considerando apoyar el enorme proyecto de gas de TotalEnergies en el Ártico ruso, Arctic LNG 2!".
Asia y el BERD también faltan
La adhesión de éste y otros países ayudaría a aumentar la presión sobre aquellos que no lo han hecho. Entre ellos están Japón (10.900 millones de dólares al año), Corea (10.600 millones de dólares al año) y China (7.600 millones de dólares al año), que son los mayores proveedores de financiación pública internacional para los combustibles fósiles en el G20 y juntos representan el 46% de la financiación del G20 a estos combustibles. También faltan Bélgica y el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo (BERD), grandes financiadores de combustibles fósiles de la UE.
La Agencia Internacional de la Energía (AIE) afirma que, para limitar el calentamiento global a 1,5 ºC, el año 2021 debe marcar el fin de las nuevas inversiones no sólo en carbón, sino también en el suministro de petróleo y gas.
